Impacto del calentamiento global en el cultivo y la mejora del cerezo: necesidades agroclimáticas y adaptación a las nuevas condiciones

Abstract

El calentamiento global está causando un paulatino aumento de las temperaturas, siendo nuestro país una de las zonas donde está ocurriendo con mayor severidad. Esto se manifiesta en unos inviernos cada vez más cálidos, lo que se traduce en una reducción del frío invernal. El cerezo (Prunus avium), al igual que otros frutales de hueso, determina su ciclo anual en base a las temperaturas. Durante el invierno, el árbol entra en reposo, un estado de resistencia al frío. Para salir del reposo y florecer con normalidad, el árbol necesita superar un periodo de acumulación de frío seguido de un periodo de acumulación de calor, conocidos como endodormancia y ecodormancia, respectivamente. Las necesidades agroclimáticas (de frío y calor) son específicas de cada variedad, y determinan la adaptabilidad de una variedad a una determinada zona de cultivo. Las necesidades agroclimáticas están adquiriendo relevancia en la selección y el desarrollo de nuevas variedades, ya que permiten predecir su adaptación a las nuevas condiciones climáticas producidas por el calentamiento global. En este trabajo se ha determinado la futura adaptación de variedades de cerezo con diferentes necesidades agroclimáticas a dos de las regiones con mayor producción de cereza en nuestro país, Aragón y Extremadura. Para ello, se determinaron las necesidades de frío y calor de ocho variedades de floración temprana y tardía. A continuación, se usaron registros históricos de temperaturas de dos localidades, Zaragoza y Cáceres, para predecir la acumulación de frío a corto y medio plazo (2035 y 2050). Para estas predicciones se utilizaron los nuevos escenarios socioeconómicos (SSP) presentados en el último informe de IPCC de 2023 (AR6), que representa el “state of art” de predicciones climáticas. Los resultados predicen una mayor disminución de frío invernal y un aumento del calor en los diferentes escenarios futuros, en los que no solo serán necesarias variedades con menores exigencias de frío, sino que además se tendrá que tomar en cuenta las necesidades calor en aquellas regiones donde exista un mayor riego de heladas primaverales.